ELLOS. Gente como usted y como yo... niños, jóvenes, adultos, padres, hermanos, hijos e hijas ... algunos ya han empezado a desarrollar los síntomas de la enfermedad. Otros hablan de familiares que no pueden cuidarse de sí mismos. Y muchos esperan, día tras día, ese momento cuando el gen, como un extraña herencia a la cual no le dan la bienvenida, podría llegar a sus vidas, cuando los primeros signos de la enfermedad aparecen en ellos mismos o en sus hermanos e hijos. Independientemente de su situación, todos ellos tienen la carga adicional de que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad, lo que agrava su situación de vida, o que padezcan la enfermedad de Huntington.